Modelos de casas de dos plantas.
Desde la época de la colonización, las casas grandes que se construían en las villas, alrededor de parroquias y plazas, y en las grandes propiedades de los beneficiados en el reparto del territorio, serviría como referencia para adoptar elementos que ayudaran a cubrir determinadas necesidades o simplemente para ser emuladas por algunos propietarios menos afortunados.
Dos plantas suponen ya un avance, no en el tiempo, pues desde el principio se edificaron, pero sí es un avance en cuanto al nivel social y económico del propietario. Efectivamente, también en el medio rural se registran muchos ejemplos de viviendas de dos plantas, que podrían ser clasificados también por tipos similares a los de las casas terreras ya vistas, o sea, desde el tipo funcional básico hasta llegar la casona en forma de U de fincas más grandes. Pero para no repetir la secuencia he procurado reunirlas todas en un sólo tipo de casas altas, con varios apartados, dedicando especial atención a los restos que aún hasta hoy o hasta hace poco se han salvado de los cambios. Aparecerán en la descripción a medida que vayan ganando en amplitud, distinción o categoría.
Comienzan siendo austeras, sin elementos ornamentales añadidos. Las personas sin recursos se vieron obligados a priorizar la necesidad de vivir antes que entretenerse con otros gustos superficiales. Así que cuando necesitaban disponer de estas construcciones altas simplificaron al máximo, y el estilo de estructura que se tipificó permaneció casi inalterable hasta mitad del siglo pasado. La casa de dos plantas coexiste con la terrera sin romper la unidad de estilo.
Los solares inclinados, escasos o con dificultades para edificar son los más adecuados para animar a una familia a construir un módulo de dos plantas o para ampliar la casa, añadiendo la segunda estancia encima del primer módulo base. No es habitual encontrar escaleras en el interior para comunicar las dos plantas. El acceso se hace casi siempre por el exterior y basánsose en eso se pueden diferenciar tres prototipos o patrones que sirven de modelos para tres maneras de construir.
Los tres modelos:

Modelo A.
Es la variante que utiliza el nivel inferior, la planta baja o "casa baja" para ubicar el patio como espacio donde tiene lugar la vida cotidiana, la zona de servicios donde muchas veces se agrupan otros cuartos auxiliares adosados o no, para cocina y otros usos, dependiendo siempre de las necesidades. La casa baja o planta baja del cuerpo principal se usa para el desarrollo de diversas tareas, como almacén, dormitorios auxiliares, o incluso para cobijo de animales.
Para acceder a la planta alta, donde casi invariablemente se ubica la sala y la alcoba principal, con ventana abierta al vuelo del patio, se dispone de un camino o escalera lateral para ascender hasta el nivel de la entrada superior, por la espalda. En otros casos la espalda es la verdadera fachada de cara al exterior, si da a un camino o carretera. Viendo esta fachada desde arriba da la impresión de que se trata de una casa terrera.

Modelo B
La segunda variante es a la inversa. El patio se sitúa encima, a la altura de la planta alta, en la que están las estancias principales, destinadas a sala y alcoba. La actividad se desarrolla en ese nivel más alto, donde se construyen los cuartos de labores, cocina y otros servicios. La planta baja suele destinarse a cuartos de aperos, dormitorios auxiliares o refugio de animales. De la misma manera ambas plantas se comunican por un pasaje o escalera lateral, que suele ser la entrada principal de la casa y va directamente al patio. También muchas de estas casas presentan un frontis a caminos o carreteras, que transcurren por el nivel más bajo.
Modelo C.
En terreno llano, la conexión entre las dos estancias se resuelve con una escalera exterior de mampuesto en casas sencillas y de madera en casas de más categoría.
Estos ejemplares elementales, sobre todo si están aislados, no disponen de fachadas vistosas.

Algunos ejemplos del modelo A
Este capítulo se completará con algunos ejemplos de los tres modelos del esquema. En general las casas diseminadas se ajustan a pautas constructivas prácticas, sin la pretensión de poner mucha atención en la estética del conjunto o en la fachada, al menos de forma intencionada; pero muchas veces el resultado final contradice la generalidad y consiguen resultados finales muy acertados y originales, como se aprecia en las muestras que se exponen en adelante, de más amplitud y desarrollo.

Dibujo 65.
Es el caso de este conjunto. Al cuerpo simple de dos plantas le fue adosando en línea nuevos módulos simétricos de una sola planta. La vida doméstica se desarrolla debajo, en torno a un patio alargado, donde están los cuartos de aperos y labores, aprovechados también para dormitorios auxiliares y una cocina adosada en L. En la planta alta la alcoba recibidor y sala de reunión, con una única entrada por detrás. Está claro que en este caso no importaba mucho ahorrar trabajo y materiales para disponer de muchas aberturas en las paredes.
Dibujo 66.-
Otro ejemplo de patio bajo. Un camino carretero pasa por encima, donde se encuentra la fachada con puertas a las dos estancias altas, una de ellas de una sola planta, a la izquierda, adosada al cuerpo principal.

Desde arriba aparenta tener una sola planta, o sea, da la impresión de casa lineal terrera, pero en realidad se trata de una construcción de dos plantas. Como es habitual se conectan mediante el típico camino lateral, que baja desde la cubierta de la cocina al patio.
Agazapado en un costado se colocó un comedor construido más tarde, con puerta interior que comunica con la casa baja y otra de salida al balcón balaustrado y el patio, al borde de un escarpado risco, casi vertical.
Contando con su situación privilegiada, la casa aprovecha las espléndidas vistas hacia un amplio paisaje, dejando varios huecos para ventanas, costumbre no muy extendida al principio.

Dibujo 67 a.
La comunicación entre las dos plantas tiene lugar por la escalera lateral de piedra de la derecha; pero más tarde se abrió una de las ventanas (planta alta izquierda) y se construyó un pasillo sobre el tejado de la cocina comedor para llegar a una escalera que descendía al patio. Hoy el pasillo quedó dentro de una segunda planta con azotea, construida sobre el módulo auxiliar bajo. El resultado, un módulo de dos plantas en L. Así es como la inmensa mayoría de estas casas tradicionales van desapareciendo, al convertirse en lo que hoy predomina, sin reparar en conservar al menos cierto parecido con su aspecto original. No ha prevalecido la conciencia de preservar la parte agraciada de la tradición
Dibujo 67 b.
La misma casa vista por la fachada. Así es el aspecto que presenta esta variante de casas por la parte superior. Dispone de una fachada de cara a la carretera en la planta alta, la cual al principio no contaba con escalera para su comunicación interior.

Tres ejemplos del modelo B

Dibujo 68.-
Como ejemplo del modelo inverso al del esquema A, puede valer esta vivienda muy típica en La Palma, ya que aparece con frecuencia en carreteras.
Como ya se vio, para acceder desde la planta baja al patio, que ahora se encuentra al nivel de las estancias altas, cuenta con las escaleras que suben lateralmente. Es arriba donde se desarrolla la vida cotidiana, de la misma manera que en el ejemplo siguiente.

Dibujo 69.-
Vista superior de un caso parecido, aunque con algunas variantes. Desde esta perspectiva da la impresión de corresponder al tipo de casa terrera con corredor, aunque en realidad se trata de una segunda planta. La escalera de acceso está cubierta de forma muy acertada, con tejado y conservando siempre la tendencia acostumbrada de compartir o combinar los tejados. Una puerta (oculta en el dibujo) permite la entrada directa a la galería, que protege y comunica todas las salidas con el módulo paralelo destinado a servicios. En el patio se observa un curioso aljibe.

Dibujo 70.
Este ejemplo da idea de cómo evolucionaban estas casas, sin perder nunca su sello tradicional. A un primer cuerpo más sencillo y antiguo le suceden una serie de ampliaciones, hasta convertirse en un conjunto familiar de mayor porte. Ha sido hace poco, a partir del siglo pasado, cuando ha tenido lugar la metamorfosis que hizo desaparecer el buen gusto por conservar la estética de la vivienda en Canarias y ésta misma corría tal peligro, pero ha sido una de las pocas que se han salvado, después de un trabajo de restauración minucioso.
Corresponde al tipo que se está describiendo, con patio alto, por donde se accede a las habitaciones de la segunda planta, pero con la particularidad de poseer dos patios, uno para cada nivel unidos de forma gradual a través de escalinatas.
Perteneció al principio a propietarios de fincas y ganados medianamente acomodados, que levantaron un primer cuerpo de dos plantas en L (el que aparece a la izquierda en esquema) y que ahora es independiente. Cubierta por un tejado continuo, perteneció también a la misma familia. Esta forma de cubrir los cuerpos grandes en L o en U, es más propia de grandes casas de heredades, aún no descritas.
Las particiones obligaron a que se construyera un nuevo módulo, a la derecha, que fue desarrollando hasta lo que ahora vemos con detalle en el dibujo. Todo quedó dividido en dos viviendas colindantes pertenecientes a herederos de la misma familia. El grueso muro que divide las dos estancias del cuerpo principal de la derecha demuestra que fue levantado en dos etapas, y después cubiertos ambos a cuatro aguas. Se añade un módulo en L a dos aguas, además de un retrete en la parte de atrás, adosados en L.
Aunque en el dibujo no se ve, cuando se construyó esta parte presentaba en la fachada una abertura amplia en arco en la planta baja y se usaba para animales, hasta que se construyeron los alpendres separados de la casa, desapareciendo el arco y cambiando su uso. A partir de entonces fueron añadiéndose habitaciones paralelas de una planta en la parte de atrás para otros servicios, hasta quedar el patio alto totalmente cerrado.
Los detalles de la construcción presenta rasgos de cierto esmero, como el cuidado de los materiales, la profusión de puertas y ventanas enmarcadas con cantería resaltada, arqueadas las que dan al patio alto y otros detalles.
Ejemplos del modelo C.
Se describe ahora un tipo de casa que se asienta en terrenos más llanos y comunica sus dos plantas a través de una escalera exterior, a la que muchas veces se añade un balcón o colgadizo.

Dibujo 71.-
Este primer ejemplo corresponde a una solitaria y severa fortaleza de una sola pieza, plantada sobre una plataforma rocosa, en medio de un valle con forma de caldera, que se abre por un angosto barranco. La austeridad de la construcción encaja con la belleza del bello entorno, un paraíso perdido cerca de las cumbres, escondido dentro de un circo de paredes casi verticales.
Pocos son los materiales traídos de fuera para emplearlos en su construcción, circunstancias que favorecen a su simbiosis con el medio natural. La planta baja es un refugio seguro, casi una gruta, sin ventanas o, como mucho, algún ventanillo. Su única puerta se abre bajo el altillo de tablas de pino que se sostiene entre la escalera de mampuesto de piedras y una viga de madera, soportada por un puntal del mismo material.
La planta alta es un gran salón, de una sola pieza, de nueve metros por cinco, para usos múltiples. A ella se llega trepando por la escalera, en otros casos sin baranda, que se apoya en la pared, hasta alcanzar el hueco de la única puerta de entrada. Cuenta con una pequeña ventana lateral y casi un ventanillo por la espalda.
La cumbrera, al igual que el techo de la planta baja, está sostenida a la distancia de un tercio del largo de la estancia, por una gruesa y tosca viga de tea.
Todos los materiales son naturales, sin pulir, pero resistentes. Las piedras, toscamente trabajadas, asoman entre un restañado de las hendiduras, con cal, sin perfilar. El patio es el campo abierto, con todos los servicio necesarios habilitados en pequeñas chozas, cocina, chiqueros, gallineros, letrinas, etc. Cerca, también acompañan a este único ejemplar en ruinas que existe en todo el valle, dos grandes piezas de piedra seca, de una sola planta, para albergar animales.
Quedan pocos módulos de este tipo, que no se limitan a montar un andamiaje para salir del paso. En estos casos la intemperie obliga agregar una serie de elementos que consiguen transformar su imagen en la de voladizo cubierto o balcón. El mampuesto de los primeros escalones se combina con la madera para resolver la escalera. El tablado del balcón se sostiene en robustas vigas que forman parte de la techumbre de la planta baja y no se refuerzan desde el suelo. Sirve también como base para sostener los dos pilares que soportan el voladizo o prolongación del tejado. A veces esta tarima se sostiene con jabalcones, apoyados en pequeños canes incrustados en la pared. No es este el caso, pero se podría ver en un nuevo capítulo de ideas prácticas de construcción.
Dibujo 72.


Dibujo 73.
De igual forma, sobre las vigas que sobresalen de la pared, se sostiene la estructura más compacta y más resguardada de esta otra casa, donde el rústico antepecho o barandilla se resuelve con un tableado.
Más adelante se verá cómo estos elementos estructurales se alargan en galerías para servir de paso a otras habitaciones o para sumar otras funciones.
Dos ejemplos más sirven para mostrar el desarrollo que adquieren estos elementos, antes de llegar a considerarlos galerías, colgadizos o corredores.
El primero corresponde realmente al tipo del esquema B, ya que la planta baja no da a este patio, porque se encuentra soterrada a media altura y para llegar al nivel de las habitaciones de la planta inferior se requiere bajar otro tramo de escaleras, por el lateral derecho, que en el dibujo queda oculto detrás del cuarto de piedra vista. Por lo tanto el tramo de escaleras que vemos es más corto, y no termina en plataforma de madera sino de obra del mismo mampuesto de piedra, abrigado por el saliente en "L".
La entrada a la segunda planta da paso al recibidor, entre dos dormitorios: a la derecha una alcoba separada por tabique, con ventana al patio, y a la izquierda la habitación sobresaliente en L, con ventana hacia el costado izquierdo. La cocina agregada por ese lado cierra un espacio en U, junto con el cuarto de piedras de la derecha, destinado a almacén o alpendre.
Dibujo 74.


Dibujo 75.
Esta variante, de forma parecida a los dibujos 8 y 9, sí dispone de plataforma al final de la escalera, sobre la puerta de la casa baja. A pesar de la austeridad del conjunto, dispone de detalles en cuanto a la calidad y buena hechura de los materiales de construcción, como la vistosa elaboración de la baranda que resguarda la escalera y el balcón, más ancho y útil para usarlo a modo de marquesina. Estas casas no se concebían para permanecer recluidos en su interior, pues estos espacios eran muy útiles no sólo para asomarse sino para sentarse a descansar, hacer labores manuales o para que unos niños retozaran con sus juegos.
No hay fachadas, por lo que escasean las ventanas (sólo un hueco abierto a la espalda, en planta alta). Su estampa aún no tiene nada que ver con la elegancia de las casas altas de doble fachada, la interior con corredor y la otra exterior con ricos balcones, que se tratan profusamente en los libros de arquitectura. Pero sí tiene que ver con sentimientos desaparecidos de hogares con olor a leña, convivencias sosegadas al calor de la lumbre en invierno o en el ir y venir bajo ese cielo abierto, que nunca era menospreciado.

